Durante gran parte de la Edad Media los conocimientos geográficos de los europeos se limitaron a su propio continente y a los países de la cuenca del Mediterráneo. A raíz de las Cruzadas se estableció un estrecho contacto con el Oriente. En el siglo XIII el veneciano Marco Polo viajó por tierra a la remota China y vivió durante varios años en la corte del emperador mongol Kublai Kan. A su regreso a Europa dio a conocer las maravillas que había visto.
El comercio con Asia se hacía por mar y tierra. Todas las mercaderías pasaban por muchas manos y cada mercader deseaba hacer su ganancia. Los más beneficiados eran los mercaderes italianos ya que ellos tenían prácticamente un monopolio sobre las rutas del Mediterráneo. Como consecuencia los consumidores en el resto de Europa debían pagar elevados precios por las especias, sedas y otras codiciadas mercaderías del Oriente.
Los europeos tenían un fuerte interés por las mercaderías importadas, pero no deseaban pagar los altos precios. Los comerciantes de la Europa occidental empezaron a buscar medios para quebrar el monopolio de los italianos y para hacer todo el comercio por mar. Debía ser posible descubrir una ruta marítima directa a las Indias.
Desde el siglo XII la navegación hizo considerables progresos. Los hombres aprendieron a construir barcos más grandes y seguros. Especial importancia tuvieron dos inventos: la brújula y el astrolabio. Antes un capitán sólo había podido orientarse por el sol y las estrellas, pero no había podido calcular la posición del barco. Por eso los barcos preferían mantenerse a la vista de la costa y temían salir a alta mar. En el siglo XII navegantes europeos empezaron a usar la brújula que pueden haber conocido de los árabes o en la China. El astrolabio que se empezó a usar en el siglo XV, era un instrumento que permitía determinar la posición de un barco mediante la observación de los astros. A partir del siglo XIII los navegantes pudieron disponer de portulanos, mapas bastante exactos de los puertos y de las costas.
El deseo de descubrir nuevas rutas marítimas impulsó a los hombres a emprender audaces viajes en el curso de los cuales no sólo exploraron mares desconocidos, sino que también descubrieron nuevas tierras y nuevos continentes.
Bartolomé Díaz
Los primeros que se atrevieron a abandonar las costas conocidas fueron los portugueses. El infante portugués Enrique, el Navegante (1394-1460), deseoso de aumentar el poder de Portugal y de difundir la fe cristiana, consagró toda su vida y sus medios al estudio científico de la navegación en el Atlántico y a la exploración de la costa africana. Fundó una escuela de navegación en Sagres y contrató a los mejores capitanes y cartógrafos. Sus barcos navegaron hasta las Azores, Madeira, las Islas de Cabo Verde y la Costa de Oro.
En 1487 Bartolomé Díaz llegó hasta el extremo sur de África al cual dio el nombre de Cabo de las Tormentas. Su viaje ofreció la prueba de que había una pasada al Oriente. La buena noticia indujo al rey de Portugal de cambiar el nombre del cabo por el de Cabo de la Buena Esperanza.
En julio de 1497 Vasco de Gama zarpó de Lisboa con cuatro barcos. En noviembre del mismo año pudo bordear el Cabo, luego navegó por la costa oriental de África hacia el norte y cruzó el Océano Indico. En mayo de 1498 llegó a Calicut en la India. En septiembre de 1499 estuvo de vuelta en Lisboa donde recibido con delirante entusiasmo. Había perdido dos barcos y las dos terceras partes de la tripulación. La venta de las especias y joyas que había comprado en la India arrojó una suma sesenta veces mayor que todo el costo de la expedición. Finalmente, se había descubierto una ruta marítima directa a las Indias que permitía prescindir de todos los intermediarios y romper el monopolio de los comerciantes asiáticos e italianos.
Cristóbal Colón
Mientras tanto España, por su parte, había iniciado la exploración de un camino directo a la India. Cristóbal Colón, proveniente de Génova en Italia, estaba convencido de que la Tierra era redonda e, influido por las ideas del astrónomo florentino Toscanelli pensó que la ruta a la India por el oeste era más corta que por el este.
Colón ganó el apoyo de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel. El 3 de agosto de 1492 Colón partió con tres barcos del puerto de Palos. El 12 de octubre de 1492 descubrió la isla de Guanahani, una isla de las Bahamas. Luego siguió viaje a Cuba e Hispaniola (Haití) y regresó triunfante a España. En tres viajes posteriores exploró gran parte de las Antillas y las costas de Venezuela y de América Central. Convencido de que había descubierto el camino del oeste, dio a las tierras descubiertas el nombre de Indias.
Los Reyes Católicos, con el fin de asegurar sus derechos sobre las nuevas tierras, recurrieron al Papa Alejandro VI el cual en 1493 les garantizó por medio de tres Bulas la posesión de las tierras situadas a 100 leguas al oeste de las Azores.
Américo Vespucio
La decisión pontificia fue desconocida por la corte de Lisboa. Surgió el peligro de que estallara la guerra. Mas las dificultades pudieron ser superadas y en 1494 España y Portugal firmaron el Tratado de Tordesillas en el cual se trazó una línea de demarcación de polo a polo fijada a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde (48º oeste de Greenwich).
El mundo quedó dividido en dos hemisferios: Occidente para España, Oriente para Portugal. Como exploraciones posteriores demostrarían que el extremo oriental de Sudamérica quedaba al este de la línea de demarcación, Brasil llegaría a ser portugués. En Asia, por otra parte, las islas Filipinas pasarían a ser posesión española.
En los primeros decenios del siglo XVI la exploración del Nuevo Mundo hizo rápidos progresos. Europa recibió las primeras noticias más detalladas sobre las nuevas tierras a través de los relatos de Américo Vespucio, italiano que participó en algunas expediciones españolas y portuguesas a la costa oriental de Sudamérica. El geógrafo Martin Waldseemüller, creyendo que Américo Vespucio era el descubridor del Nuevo Mundo, propuso en 1507 dar al continente el nombre de América.
Los viajes exploratorios culminaron en la expedición de Hernando de Magallanes que por primera vez dio la vuelta al mundo. Magallanes, portugués al servicio del monarca español Carlos V, partió en 1519 de España con 5 barcos y 243 hombres. Cruzó el Atlántico, avanzó por la costa del Brasil y Argentina y atravesó el estrecho que lleva su nombre. Cruzó el Pacífico y llegó hasta las Filipinas donde fue muerto por los naturales. Uno de sus oficiales, Sebastián Elcano, tomó el mando, cruzó el Indico, dobló el Cabo de Buena Esperanza y pudo regresar a España, después de casi tres años de ausencia, con un solo barco y 18 tripulantes.
Volvía a Europa el primer barco que había dado la vuelta al mundo, demostrando que la Tierra era redonda y, que América era un Nuevo mundo.
El comercio con Asia se hacía por mar y tierra. Todas las mercaderías pasaban por muchas manos y cada mercader deseaba hacer su ganancia. Los más beneficiados eran los mercaderes italianos ya que ellos tenían prácticamente un monopolio sobre las rutas del Mediterráneo. Como consecuencia los consumidores en el resto de Europa debían pagar elevados precios por las especias, sedas y otras codiciadas mercaderías del Oriente.
Los europeos tenían un fuerte interés por las mercaderías importadas, pero no deseaban pagar los altos precios. Los comerciantes de la Europa occidental empezaron a buscar medios para quebrar el monopolio de los italianos y para hacer todo el comercio por mar. Debía ser posible descubrir una ruta marítima directa a las Indias.
Desde el siglo XII la navegación hizo considerables progresos. Los hombres aprendieron a construir barcos más grandes y seguros. Especial importancia tuvieron dos inventos: la brújula y el astrolabio. Antes un capitán sólo había podido orientarse por el sol y las estrellas, pero no había podido calcular la posición del barco. Por eso los barcos preferían mantenerse a la vista de la costa y temían salir a alta mar. En el siglo XII navegantes europeos empezaron a usar la brújula que pueden haber conocido de los árabes o en la China. El astrolabio que se empezó a usar en el siglo XV, era un instrumento que permitía determinar la posición de un barco mediante la observación de los astros. A partir del siglo XIII los navegantes pudieron disponer de portulanos, mapas bastante exactos de los puertos y de las costas.
El deseo de descubrir nuevas rutas marítimas impulsó a los hombres a emprender audaces viajes en el curso de los cuales no sólo exploraron mares desconocidos, sino que también descubrieron nuevas tierras y nuevos continentes.
Bartolomé Díaz
Los primeros que se atrevieron a abandonar las costas conocidas fueron los portugueses. El infante portugués Enrique, el Navegante (1394-1460), deseoso de aumentar el poder de Portugal y de difundir la fe cristiana, consagró toda su vida y sus medios al estudio científico de la navegación en el Atlántico y a la exploración de la costa africana. Fundó una escuela de navegación en Sagres y contrató a los mejores capitanes y cartógrafos. Sus barcos navegaron hasta las Azores, Madeira, las Islas de Cabo Verde y la Costa de Oro.
En 1487 Bartolomé Díaz llegó hasta el extremo sur de África al cual dio el nombre de Cabo de las Tormentas. Su viaje ofreció la prueba de que había una pasada al Oriente. La buena noticia indujo al rey de Portugal de cambiar el nombre del cabo por el de Cabo de la Buena Esperanza.
En julio de 1497 Vasco de Gama zarpó de Lisboa con cuatro barcos. En noviembre del mismo año pudo bordear el Cabo, luego navegó por la costa oriental de África hacia el norte y cruzó el Océano Indico. En mayo de 1498 llegó a Calicut en la India. En septiembre de 1499 estuvo de vuelta en Lisboa donde recibido con delirante entusiasmo. Había perdido dos barcos y las dos terceras partes de la tripulación. La venta de las especias y joyas que había comprado en la India arrojó una suma sesenta veces mayor que todo el costo de la expedición. Finalmente, se había descubierto una ruta marítima directa a las Indias que permitía prescindir de todos los intermediarios y romper el monopolio de los comerciantes asiáticos e italianos.
Cristóbal Colón
Mientras tanto España, por su parte, había iniciado la exploración de un camino directo a la India. Cristóbal Colón, proveniente de Génova en Italia, estaba convencido de que la Tierra era redonda e, influido por las ideas del astrónomo florentino Toscanelli pensó que la ruta a la India por el oeste era más corta que por el este.
Colón ganó el apoyo de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel. El 3 de agosto de 1492 Colón partió con tres barcos del puerto de Palos. El 12 de octubre de 1492 descubrió la isla de Guanahani, una isla de las Bahamas. Luego siguió viaje a Cuba e Hispaniola (Haití) y regresó triunfante a España. En tres viajes posteriores exploró gran parte de las Antillas y las costas de Venezuela y de América Central. Convencido de que había descubierto el camino del oeste, dio a las tierras descubiertas el nombre de Indias.
Los Reyes Católicos, con el fin de asegurar sus derechos sobre las nuevas tierras, recurrieron al Papa Alejandro VI el cual en 1493 les garantizó por medio de tres Bulas la posesión de las tierras situadas a 100 leguas al oeste de las Azores.
Américo Vespucio
La decisión pontificia fue desconocida por la corte de Lisboa. Surgió el peligro de que estallara la guerra. Mas las dificultades pudieron ser superadas y en 1494 España y Portugal firmaron el Tratado de Tordesillas en el cual se trazó una línea de demarcación de polo a polo fijada a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde (48º oeste de Greenwich).
El mundo quedó dividido en dos hemisferios: Occidente para España, Oriente para Portugal. Como exploraciones posteriores demostrarían que el extremo oriental de Sudamérica quedaba al este de la línea de demarcación, Brasil llegaría a ser portugués. En Asia, por otra parte, las islas Filipinas pasarían a ser posesión española.
En los primeros decenios del siglo XVI la exploración del Nuevo Mundo hizo rápidos progresos. Europa recibió las primeras noticias más detalladas sobre las nuevas tierras a través de los relatos de Américo Vespucio, italiano que participó en algunas expediciones españolas y portuguesas a la costa oriental de Sudamérica. El geógrafo Martin Waldseemüller, creyendo que Américo Vespucio era el descubridor del Nuevo Mundo, propuso en 1507 dar al continente el nombre de América.
Los viajes exploratorios culminaron en la expedición de Hernando de Magallanes que por primera vez dio la vuelta al mundo. Magallanes, portugués al servicio del monarca español Carlos V, partió en 1519 de España con 5 barcos y 243 hombres. Cruzó el Atlántico, avanzó por la costa del Brasil y Argentina y atravesó el estrecho que lleva su nombre. Cruzó el Pacífico y llegó hasta las Filipinas donde fue muerto por los naturales. Uno de sus oficiales, Sebastián Elcano, tomó el mando, cruzó el Indico, dobló el Cabo de Buena Esperanza y pudo regresar a España, después de casi tres años de ausencia, con un solo barco y 18 tripulantes.
Volvía a Europa el primer barco que había dado la vuelta al mundo, demostrando que la Tierra era redonda y, que América era un Nuevo mundo.
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