martes, 19 de agosto de 2008

prehistoria


Las dos grandes divisiones que engloban el pasado de la vida humana son la Prehistoria y la Historia. La Prehistoria cubre aproximadamente 3.5 millones de años del pasado de la humanidad. Esta enorme etapa abarca el desarrollo de los primeras sociedades humanas, desde la aparición de los primeros homínidos (hace 4 millones de años) hasta la invención y difusión de la escritura (hacia el año 3 500 a. de N. E.). A su vez, la Prehistoria se divide en dos grandes edades o periodos: Paleolítico y Neolítico, con un periodo intermedio de transición llamado Mesolítico.
La Historia dura mucho menos que la Prehistoria. Se inicia con el invento de la escritura (3 500 a. de N. E.) y llega hasta la actualidad. También tiene divisiones temporales, que son: Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea.

paleolico


Paleolítico es una etapa de la prehistoria caracterizada por el uso de útiles de piedra tallada; aunque, también se usaban otras materias primas orgánicas para diversos utensilios: hueso, asta, madera, cuero, fibras vegetales, etc. (peor conservadas y poco conocidas). Es el período más largo de la historia del ser humano (de hecho abarca un 99% de la misma), se extiende desde hace unos 2,5 millones de años (en África) hasta hace unos 10 000 años. Etimológicamente significa Edad Antigua de la Piedra (παλαιός, paleos=antiguo, y λίθος, lithos=piedra), el término fue creado por el arqueólogo John Lubbock en 1865, por oposición al Neolítico (edad moderna de la piedra); constituyendo juntas lo que se denomina Edad de Piedra (se insiste en la elaboración de utensilios de piedra para establecer la oposición a la Edad de los Metales). Ellos eran sedentarios (se establecian en un lugar y se quedaban ahi).El Paleolítico se caracteriza, a grandes rasgos, por la utilización de herramientas de piedra tallada, de ahí su nombre. Tradicionalmente el Paleolítico se divide en tres períodos, el Paleolítico Inferior, el Paleolítico Medio y el Paleolítico Superior; a él se le añade un período terminal llamado Epipaleolítico (la etapa siguiente al Epipaleolítico y anterior al Neolítico es el Mesolítico).

mesolitico


Los hombres del Mesolítico se dedicaron a la caza, la pesca y la recolección, como los del Paleolítico Superior, pero sus condiciones de vida fueron relativamente más duras. El clima sufrió grandes cambios: había finalizado una etapa de glaciación. Las grandes masas de hielo y nieve se derritieron gradualmente, subió el nivel de los mares y se inundaron muchas regiones bajas. Por otra parte, el aumento de la temperatura provocó la desaparición o la migración hacia el Norte de los grandes mamíferos característicos del clima frío que habían otorgado una caza provechosa a los seres del Paleolítico Superior. La caza tuvo que orientarse hacia animales más pequeños o buscar otras formas de alimentación. El mamut se extinguió y los rebaños de herbívoros fueron sustituidos por animales de costumbres individuales, cuya caza era más compleja: el ciervo y los jabalíes. Los cazadores comenzaron a utilizar perros, con algún grado de domesticación, para sus actividades. También es importante la microlitización, es decir, la fabricación de pequeños utensilios adaptados a su nueva situación, como por ejemplo, la recolección de moluscos y la apertura de estos. Las armas más importantes fueron los arcos, reforzados por tendones, y las flechas de piedra con variadas formas geométricas (por ejemplo, triángulos y trapecios). Utilizaron también un tipo de flechas de hueso o de madera para conseguir pieles sin dañarlas demasiado. Durante este período se fabricaron trineos, en un principio tirados por hombres y luego por perros, y canoas de piel o de corteza de árboles. De la corteza de abedul fabricaron un producto para pegar, que se ha considerado probablemente como la sustancia más antigua realizada por el ser humano.

neolitico


El Neolítico, Nueva edad de Piedra (gr. νέος, néos=nuevo; gr. λίθος, líthos=piedra), por contraposición al Paleolítico o Edad Antigua de la Piedra, es uno de los períodos en que se considera dividida la Edad de Piedra. El término fue acuñado por John Lubbock en su obra de 1865 que lleva por título Prehistoric Times. Inicialmente se le dio este nombre en razón de los hallazgos de herramientas de piedra pulimentada que parecían acompañar al desarrollo y expansión de la agricultura. Hoy día se define el Neolítico precisamente en razón del conocimiento y uso de la agricultura o de la ganadería. Normalmente, pero no necesariamente, va acompañado por el trabajo de la alfarería.

evolucion humana


Se calcula que hace 180 millones de años, cuando aún dominaban los reptiles el planeta, aparecieron los primeros mamíferos sobre la Tierra. La multitud de especies de mamíferos que comenzaron a desarrollarse a partir de entonces eran muy diferentes a las que actualmente conocemos y muchas de ellas han desaparecido por completo.Las cerca de 5 mil especies de mamíferos conocidos en la actualidad se agrupan en órdenes, como son: cetáceos, carnívos, marsupiales, roedores, desdentados, entre otros. De los distintos órdenes, los seres humanos, así como sus ancestros más lejanos, pertenecen al de los primates.Paleontólogos: científicos que se dedican al estudio de los restos fósiles.Los primatesPara los paleontólogos, el punto de inicio de la historia de la humanidad empezó con la aparición de los primates, hace unos 65 millones de años. Los primeros de ellos eran unos pequeños seres que empezaron a vivir en los árboles en lugar de permanecer en el suelo, como la mayoría de los mamíferos. Entre las especies que pertenecen a los primates están, además del ser humano, los simios, monos y musarañas. Durante su desarrollo evolutivo, estos primates se hicieron de ciertos rasgos especiales: buena visión, manos con las que se pueden sujetar firmemente objetos y un cerebro relativamente grande.Por pertenecer a la misma familia, las diferentes especies de primates, en especial monos y simios, guardan similitud con el ser humano. Según algunos estudiosos, el último ancestro común entre el ser humano y el chimpancé, nuestro primo más cercano, existió hace 6 ó 7 millones de años. Después de esta separación apareció el primer homínido, el llamado Australopithecus, que posteriormente dio lugar al Homo habilis, el primer especímen del género Homo, al que pertenecemos los seres humanos modernos.Los cambios en la biología de los primates que desembocaron en los primeros homínidos se dieron en África: en el Este y en el Sur. El cañon de Olduvai, en Tanzania, el noreste de Africa, es uno de los lugares donde se han encontrado los fósiles más antiguos que aportan datos sobre la historia evolutiva del ser humano.

edad de los metales


Es la recta final que une la Prehistoria con los tiempos históricos. Los metalúrgicos, que fundían y trabajaban los metales, son los primeros artesanos especialistas. La posesión de estas técnicas dio origen a nuevas armas y utensilios, lo que provocó la supremacía de unos pueblos sobre los que todavía estaban en la Edad de Piedra. Surge también la orfebrería y se perfecciona la cerámica. Comienza la acumulación de riqueza y la jerarquización social.
Entre los años 6000 y 3000 antes de nuestra era, el ser humano aprendió a aprovechar la fuerza del toro y la del viento, inventó el arado, la cerámica, el telar, los textiles, el horno rudimentario, la cestería, el molino de grano, el carro de ruedas y el bote de vela; descubrió los procesos químicos necesarios para usar los minerales de cobre y las propiedades físicas de los metales, empezó a elaborar un calendario solar preciso.
Hacia el final del Neolítico, el ser humano desarrolló una tecnología más compleja y aprendió a fabricar instrumentos con materiales más resistentes, como los metales. Alrededor del año 6000 aC, el ser humano usaba metales como el oro y el cobre, para hacer adornos. Hacia el año 4000 se descubrió el cobre aplicado en otro tipo de objetos, como cuchillos, flechas y agujas. El cobre ofrecía grandes ventajas porque era moldeable, duradero y se le podía sacar filo. Asimismo, era posible fundirlo e introducirlo en moldes para producir armas y herramientas.
El bronce, aleación de cobre y estaño, comenzó a utilizarse alrededor del año 3500 aC. El uso del hierro se inició cerca del año 1400 aC
Actividad inicial
2.1. El nombre de EDAD del BRONCE se da a una cultura que se distinguió por el empleo del bronce para la elaboración de armas, objetos de adorno y utensilios diversos. En Europa, este periodo de la Prehistoria comenzó hacia el año 2500 a.C. y terminó alrededor del año 1000.
Un taller de fundición necesitaba, además de los hornos, crisoles, moldes, cucharas, martillos, yunques, limas e instrumentos para grabar y cincelar. En Europa se desarrollaron técnicas del bronce diferenciadas y sus centros de irradiación son las regiones mineras. Surgieron grandes áreas culturales y una sociedad más compleja: junto a la agricultura y la ganadería progresaron la industria y la artesanía; se desarrolló también una actividad de trueque, utilizando como base el ámbar (descubierto en Jutlandia y Samland). La expansión cultural y comercial se produjo en un mismo sentido Sur-Norte. Las relaciones entre los pueblos de la actual España y las tierras del Mediterráneo fueron particularmente intensas en este período, debido principalmente al comercio del metal, ya que la Península Ibérica era entonces uno de los centros mineros y metalúrgicos más importantes del mundo (aunque no el único).
La vida sedentaria, iniciada en el Neolítico, se consolidó durante la Edad del Bronce y, por tanto, abundan los restos de poblados correspondientes a esta época.
Se observa, así mismo, que en los comienzos de esta etapa se enterraba generalmente a los muertos en postura acuclillada. Posteriormente, se practicó la incineración previa al enterramiento.
Las manifestaciones artísticas de la Edad de Bronce han de buscarse en el arte industrial. El arte rupestre se manifestaba en grabados esquemáticos de hombres y animales o de símbolos puramente geométricos. A este arte se le atribuye unánimemente un sentido religioso.

2.2. EDAD DE HIERRO (desde el año 1000 hasta el siglo VI a.C.)Los minerales de hierro son muy diversos y abundantes. Los hay tanto en la superficie terrestre como en el subsuelo. El trabajo del hierro y, especialmente, el beneficio de sus minerales, es muy difícil y necesita elevadas temperaturas. La industria siderúrgica comenzó humildemente, produciendo primero objetos de adorno y más tarde útiles de labranza e instrumentos (ejes de carro, cadenas, etc.). Durante bastante tiempo se continuó fabricando armas de bronce, pero cuando el hombre tuvo armas y útiles de trabajo de hierro, siendo verdaderas herramientas, se abrieron para él tiempos nuevos, modos de vivir diferentes de los pasados.
Este periodo arranca de la cultura de los campos de urnas y condición para su surgimiento fue la existencia de yacimientos de mineral de hierro y de las fundiciones, además de la existencia de minas de sal explotables. De este modo, minería y metalurgia pusieron en marcha una estructura social cada vez más definida: labradores, artesanos, comerciantes, mineros, herreros, etc
Uno de los objetos más característicos son las espadas, primero de bronce y posteriormente de hierro. También aparecieron las fíbulas (hebillas, imperdibles). Al principio, se siguieron enterrando los restos mortales incinerados. Más tarde, se pasó a la inhumación en túmulos . Se extienden los megalitos más complejos. Los enterramientos ya no son colectivos

historia


La historia es la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales.[1] También se denomina historia al periodo histórico que transcurre desde la aparición de la escritura hasta la actualidad.También se llama historia al pasado mismo e, incluso, puede hablarse de una historia natural en que la humanidad no estaba presente (término clásico ya en desuso, que se utilizaba para referirse no sólo a la geología y la paleontología sino también a muchas otras ciencias naturales; las fronteras entre el campo al que se refiere este término y el de la arqueología son imprecisas).Ese uso del término historia lo hace equivalente a cambio en el tiempo.[2] En ese sentido se contrapone al concepto de filosofía, equivalente a esencia o permanencia (lo que permite hablar de una filosofía natural en textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios académicos anglosajones, como equivalente a la física). Para cualquier campo del conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica -el cambio- o bien filosófica -su esencia-. De hecho, puede hacerse eso para la misma historia (véase tiempo histórico).Dentro de la división entre ciencias y humanidades, se tiende a clasificar a la historia entre las disciplinas humanísticas (con otras ciencias sociales). La ambigüedad de esa división del conocimiento humano ha llevado al llamado debate de las dos culturas.La Edad Antigua es la época histórica que transcurre desde el nacimiento de las primeras civilizaciones caracterizadas por el comercio de larga distancia. Algunos autores culturalistas hacen llegar la Antigüedad tardía europea hasta los siglos VI y VII, mientras que, en lo político, los partidarios de la escuela "mutacionista" francesa la extienden hasta algún momento entre los siglos IX y XI, cuando el Estado central, la propiedad pública y los impuestos dieron lugar al feudalismo y sus censos.

edad antigua


La Edad Antigua se inicia con la aparición de la escritura y llega hasta la caída del Imperio Romano a manos de los bárbaros, en el siglo V después de Cristo, en el año 476.Antes de la llegada de los romanos vivían en la Península Ibérica otros grupos humanos : los iberos, asentados en el sur y el este, y los celtas, que ocupaban el centro, el norte y el oeste. Estos pueblos se dedicaban a la agricultura y la ganadería. Los iberos vivían en poblados, en casas de adobe con techo de paja, que formaban calles. Los celtas, en castros o poblados compuestos de casas de planta circular, de adobe o piedra, que no formaban calles.Unos y otros nos han dejado muestras de su cultura. Destacan, entre sus figuras talladas en piedra, La Dama de Elche (iberos) y los verracos (animales de piedra con significado probablemente religioso, )como Los Toros de Guisando en Ávila.También llegaron a la península otros pueblos, atraídos por las riquezas minerales (cobre, estaño, plata), a lo largo de los mil años anteriores al nacimiento de Cristo ; así, los fenicios , los griegos y los cartagineses llegaron por el Mediterráneo y se establecieron en sus costas, fundando colonias que llegaron a ser importantes focos comerciales.Finalmente, los romanos llegaron en el año 218 antes de Cristo para iniciar la conquista de la Península Ibérica, a la que llamaron Hispania. Su presencia llegó hasta principios del siglo V d.C. y su influencia es la base de nuestra cultura actual. Los pueblos que habitaban el territorio ocupado siguieron un proceso de romanización. Es decir: progresivamente fueron asimilando la lengua (el latín, del que deriva nuestra lengua) , costumbres y creencias.Los romanos impusieron en todo el territorio su organización, leyes y forma de gobierno. Construyeron muchos edificios y obras públicas que aún se conservan: acueductos, para llevar agua a las poblaciones, anfiteatros, teatros y circos, para sus espectáculos, templos, murallas y arcos de triunfo, para conmemorar sus victorias.

babilonia


Situada a orillas del Eufrates, la ciudad de Babilonia mantuvo en su origen una posición moderada, bajo la sombra de la cercana y más poderosa Kish.[1]
Comenzó a cobrar importancia con la llegada de los amorreos entre el 2000 y el 1800 a. C., que se erigieron reyes de la ciudad.[1] Los amorreos, también semitas, se adaptaron fácilmente a la lengua acadia, propiciando el declive del sumerio. También se adaptaron con facilidad al panteón mixto sumerio-acadio, rindiendo culto a Marduk, deidad protectora de la ciudad.[1]
En torno al 1782 a. C. llegó al trono el sexto miembro de esta dinastía, Hammurabi. En este tiempo al norte y sur de la ciudad se encontraban los territorios de las ciudades de Assur (que dará nombre a Asiria) y Larsa, más poderosas pero con monarcas envejecidos.[1] En 1763 AdC Hammurabi venció a Rim-Sin de Larsa, apoderándose de la parte sur de Mesopotamia. En 1755 a. C. tomó igualmente Asus, haciéndose con el poder de todo el valle de los ríos Tigris y Eufrates.[1] Con el triunfo de Babilonia sobre el resto de Mesopotamia también su dios principal, Marduk, fue alzado a la cabeza del panteón de dioses locales.
Hacia el 1800 a. C. comenzaron a producirse una serie de invasiones nómadas provenientes del norte del Cáucaso y de Escitia. El ataque por parte de nómadas a la región había sido una constante durante los siglos anteriores, pero con la domesticación del caballo y su utilización para el tiro de carros de guerra los nómadas consiguieron una ventaja militar que les permitió penetrar en la zona.[1]
Uno de estos grupos fueron los hurritas, que ocuparon gran parte del territorio que Asiria había conquistado durante el reinado de Shamshi-Adad I, fundando el reino de Mitani hacia el 1500 a. C. y haciendo a los asirios subsidiarios suyos. También se extendieron por Canaán, donde fundaron algunos reinos, llegando hasta el Antiguo Egipto, donde conquistaron la parte norte y fueron conocidos como hicsos.[1]
Otro de estos grupos fueron los hititas, que se establecieron en la parte oriental de Anatolia a partir del 1700 a. C. fundando el conocido como Antiguo Reino. La lengua hitita era de origen indoeuropeo, lo cual no les impidió adoptar la escritura cuneiforme de los acadios.[1]
Durante los años siguientes, hititas y hurritas se enfrentaron en el norte de Mesopotamia. En torno al 1600 a. C., durante el reinado del rey Mursil I los hititas derrotaron a los hurritas, dominando Asiria y haciendo incursiones en Babilonia, a la cual redujeron hasta las dimensiones anteriores a la conquistas de Hammurabi.[1]
Este periodo coincidió con la entrada de los nómadas casitas provenientes de los Montes Zagros, quienes aprovecharon el debilitamiento de Babilonia para atacarla. Finalmente tomaron la ciudad en 1595 a. C.[1]

civilizacion egipcia


Los egipcios fueron un pueblo conservador por excelencia, lo que puede también explicar la fase relativamente atrasada en que se detuvo su religión; además de aceptar divinidades de otras razas, con las que entraron en relaciones hostiles o amistosas, conservaron con celoso cuidado las de las diversas religiones del país A los antiguos les atribuyó un origen africano creyendo que venían del Alto Nilo. Se sabe que hoy Etiopía, lejos de colonizar Egipto, fue colonizada por él, y que el pueblo egipcio desciende del grupo hamita de raza blanca, cuyas tribus poblaron Africa del Norte. Cabe agregar que los egipcios estuvieron en un tiempo bajo dominio de los hicsos (grupo asiático) hasta que los gobernadores tebanos del Alto Egipto lograron derrotarlos y expulsarlos (1580 a. C). Se inició entonces un período conocido como Nuevo Imperio, caracterizado por las conquistas militares de Egipto. Posteriormente, Egipto fue conquistada por otros pueblos..
En cuanto a los egipcios, en siglos pasados se les propuso originarios de una región llamada Punt, situada probablemente a lo largo de la costa Somalí. Estos antiquísimos Punistas procedentes del sur africano y convertidos en indígenas de las orillas del Nilo, habrían sido después sometidos por invasores septentrionales, portadores de una civilización más elevada que produjo el nacimiento de las dinastías. En el curso del río se basa la posterior subdivisión del país en Alto Egipto (Tebaida), Medio Egipto (Heptanomida) y Bajo Egipto (Delta) con esta división se corresponden los tres grandes períodos históricos : Memfita, Tebano y Saíta, entre los cuales se distribuyen treinta y tres dinastías de faraones.
Sin el Nilo, todo el territorio egipcio sería un desierto árido e inculto. Es este río el que trae de lejanas regiones, en las que las precipitaciones son muy copiosas, el agua que permite junto a sus riberas los cultivos y la vida. Estas aguas a veces se desbordan originando las periódicas crecidas que obligan a los campesinos a un largo lapso de inactividad aunque aveces resultan insuficientes, sobre todo en las tierras distantes del curso del río. Las pérdidas sufridas en la zona pantanosa y la carencia de afluentes en esta región árida comprometería quizá la existencia misma del río en el larguísimo recorrido medio e inferior, y el Nilo se agotaría a través de los miles de kilómetros de desierto que se interpone antes de alcanzar el mar. El régimen hidrográfico del río Nilo se caracteriza por 2 crecidas anuales que se producen en verano de modo poco regular, por lo menos en su curso medio y bajo. El nivel del río comienza a subir en junio y alcanza su máximo en septiembre, para descender después gradualmente, hasta alcanzar su nivel más bajo entre febrero y junio..
Las crecidas del Nilo se deben a la abundante aporte de sus 2 afluentes de la derecha, el Nilo Azul y el Atbara. En la crecida estival máxima del Nilo, ésta procede aproximadamente en un 80% del Nilo Azul, en un 15% del Atbara y sólo en un 5% del Nilo Blanco. El aporte invernal aveces es debido en gran parte al Nilo Blanco. Por ello, la prosperidad de Egipto depende de la crecida anual del Nilo que, al inundar una prolongada faja a lo largo de sus orillas las riega y fertiliza, depositando sobre ellas una sutil capa de limo. El clima de Egipto es de tipo desértico mitigado únicamente el la costa mediterránea. Se caracteriza por la extrema escasez o incluso la falta absoluta de lluvias, por un cielo sereno durante largos espacios de tiempo, por temperaturas elevadas todo el año. Durante varios siglos, el Alto Egipto afirma su unidad frente a la rebeldía del Delta, que se ha desarrollado completamente como una sociedad agrícola con artesanías y ciudades. El Alto Egipto mantiene su personalidad frente a los nubios del sur, los libios del oeste y los beduinos del desierto del este y de la península del Sinaí.

civilizacion griega


Los orígenes de la civilización griega estarían en la isla de Creta, al sureste del Peloponeso, a partir del 2100 a. C. aproximadamente, donde se desarrolla la civilización Minoica, nombre tomado del legendario Rey Minos, que se asocia a la leyenda del Laberinto y el Minotauro. Los Aqueos, pueblo guerrero invade y somete por las armas a los cretences y luego extienden su dominio a la península del Peloponeso, pero lentamente se transculturizan y adoptan la cultura helénica, es el tiempo de los Reyes Guerreros, hechos hermosamente relatados por Homero, en la Iliada y la Odisea, como por ejemplo: la guerra de Troya.
Luego otros pueblos invaden la peninsula de los Balcanes, ocupando diversos territorios de Grecia y Asia Menor, siendo los principales los eolios, los jonios y los dorios.
Entre los siglos VIII y V a.C. la Península de los balcanes se hace insuficiente para contener y alimentar a la creciente población helénica, por lo que comienza la migración y el poblamiento paulatino de todas las costas del mar mediterráneo. Debido a su gran preparación los griegos influyen enormemente en los pueblos vecinos quienes empiezan a transculturizarse utilizando elementos de la cultura griega.
Es así como las antiguas polis pasan a convertirse en Metrópolis (Ciudad Madre) de las nuevas polis, pero estas no tienen ningún tipo de dependencia a no ser de carácter afectivo o que realizan comercio mutuamente.
La región hoy día llamada Grecia no parece haber sido en la antigüedad habitada de un modo estable; por el contrario, eran en ella frecuentes las migraciones, y sus habitantes abandonaban sin dificultad el territorio bajo el impulso de inmigrantes cada vez más numerosos: no existía el comercio, no había seguridad ni en las comunicaciones terrestres ni marítimas; cada tribu trabajaba sus propios campos sólo para subsistir; no disponían de dinero ni cultivaban la tierra, porque nunca sabían si caería sobre ellos un invasor que, al estar sin la protección de unas murallas, se los arrebataría todo; la seguridad de que en cualquier otra gente podrían hallar el alimento necesario para cada día, unido a las demás circunstancias, fomentaba en ellos una constante emigración, y por este mismo hecho no se distinguían ni por la importancia de sus ciudades ni por cualquier otro signo de poder.
Eran sobre todo las regiones más ricas las que cambiaban de población con mayor frecuencia, como, por ejemplo, lo que hoy se llama Beocia y Tesalia, y la mayor parte del Peloponeso, a excepción de Arcadia; en suma, los países más fértiles. La feracidad del suelo aumentaba la fortuna de algunos individuos, lo que provocaba revueltas que eran la causa de su ruina, hecho que los exponía aún más a los ataques de pueblos de otra raza. Por lo menos el Ática, debido a la pobreza de su suelo, se vio durante mucho tiempo libre de discordias, y ello determinó que fuera ocupada siempre por los mismos habitantes.
Es una confirmación importante el hecho de que las restantes regiones, en razón de los constantes cambios de población que sufrían, no crecieron en la misma medida. En efecto, de entre los individuos que, por causa de las guerras o de las luchas intestinas, eran desterrados de las demás regiones de Grecia, los más poderosos acudían a Atenas en busca de asilo, por considerarla un lugar seguro. Y, a medida que iban adquiriendo la ciudadanía, fueron engrosando aún más la población de la ciudad, hasta tal grado que, más tarde, tuvieron que enviar colonias a Jonia, por entender que el Ática ya no tenía suficiente capacidad.
Prueba, también importante, de la pobreza de al antigua Grecia es el hecho de que, con anterioridad a las guerras troyanas, no parece que hubiese llevado a cabo ninguna acción militar en común. Es más, a mi entender, ni siquiera se aplicaba entonces el nombre de Helenos al país entero, y que antes de Helen, hijo, del Deucalión, ni tan solo existía ese nombre, sino que cada pueblo daba el suyo a cada región particular, y el de los Pelasgos era el más extendido. Pero una vez Helen y sus hijos hubieron impuesto su supremacía en la Ftiótide, fue entonces cuando, al ser invocada su ayuda desde las otras ciudades, empezaron, independientemente y de un modo progresivo, a llamarse a sí mismos helenos, debido a sus relaciones con ellos; pero tal denominación tardó mucho tiempo en extenderse a todos.
Homero proporciona la prueba más concluyente: pese a haber vivido mucho tiempo después de la guerra de Troya, en ningún pasaje emplea esa denominación en sentido colectivo, ni llama así a ningún pueblo a excepción de Aquiles y sus guerreros, que precisamente procedían de la Ftiótide y que, cabalmente, fueron los primeros helenos; en cambio, en sus poemas habla sólo de dánaos, argivos y aqueos. Es más, ni siquiera utiliza el término bárbaros, a mi entender porque todavía no era una realidad la distinción de griegos como denominación única para oponerla a aquellos. Así, pues, estos pueblos, que hablaban la misma lengua y que fueron recibiendo paulatinamente el nombre de helenos, primero por estados, luego ya todos en bloque, en razón de su debilidad militar y de la falta de relaciones mutuas, no realizaron ninguna acción conjuntamente. Y aún si llegaron a llevar a cabo los mentados actos bélicos fue cuando hubieron adquirido ya una cierta experiencia naval.

civilizacion romana


Surgimiento de la civilización romana
Los etruscos, creadores de la primera gran cultura itálica, se ubicaban, hacia el siglo VII a. C., en la región que comprende desde el Arno al Tíber y desde los Apeninos al mar Tirreno. Cada ciudad estaba gobernada por magistrados y por un senado formado por nobles. La civilización etrusca era un conjunto de ciudades independientes gobernadas por una aristocracia terrateniente y comercial que nunca llegó a formar un imperio unitario.
Dominaban el comercio en el mar Tirreno, motivo por el cual pronto comenzaron las rivalidades con griegos y cartagineses.
A partir del siglo VI a. C. los etruscos iniciaron una doble expansión. Hacia el sur conquistaron Roma, estableciendo contacto luego con la Magna Grecia; hacia el norte ocuparon la llanura del Po.
Hacia el siglo VIII a. C., los latinos se habían establecido en el Lacio. El crecimiento de las aldeas hizo cada vez más imprecisos sus límites y se intensificaron las relaciones entre ellas. Esto fue dando paso a la conformación del núcleo de Roma, en su época inicial, entonces esta expansión provocó la unión de los latinos y el pueblo de los sabinos, que ocupaban las laderas del monte Quirinal.
Así surgió la Roma latino- sabina, que al principio estaba gobernada por reyes alternantes de las dos comunidades.

edad media


La Edad Media o Medioevo es el período histórico de la Civilización Occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa tradicionalmente en el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América,[1] o en 1453 con la caída del Imperio Romano de Oriente, fecha que tiene la ventaja de coincidir con la invención de la imprenta (Biblia de Gutenberg).
Actualmente los historiadores del periodo prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y Edad Media de forma que entre los siglos III y VIII se suele hablar de Antigüedad Tardía, que habría sido una gran etapa de transición en todos los ámbitos: en lo económico, para la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dió paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica (cada una en su espacio).[2]
Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media (siglo V a siglo X, sin una clara diferenciación con la Antigüedad Tardía); y Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV), que a su vez puede dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (siglo XI al siglo XIII), y los dos últimos siglos que presenciaron la Crisis de la Edad Media o del siglo XIV.
Aunque hay algunos ejemplos de utilización previa,[3] el concepto de Edad Media nació como la segunda edad de la división tradicional del tiempo histórico debida a Cristóbal Cellarius (Historia Medii Aevi a temporibus Constanini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena, 1688),[4] quien la consideraba un tiempo intermedio, sin apenas valor por sí mismo, entre la Edad Antigua identificada con el arte y la cultura de la civilización grecorromana de la Antigüedad clásica y la renovación cultural de la Edad Moderna -en la que él se sitúa- que comienza con el Renacimiento y el Humanismo. La popularización de este esquema ha perpetuado un preconcepto erróneo: el de considerar a la Edad Media como una época oscura, sumida en el retroceso intelectual y cultural, y un aletargamiento social y económico secular (que a su vez se asocia con el feudalismo en sus rasgos más oscurantistas, tal como se definió por los revolucionarios que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo dominado por el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el miedo milenarista alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas. [5]
Sin embargo, en este largo periodo de mil años hubo todo tipo de hechos y procesos muy diferentes entre sí, diferenciados temporal y geográficamente, respondiendo tanto a influencias mutuas con otras civilizaciones y espacios como a dinámicas internas. Muchos de ellos tuvieron una gran proyección hacia el futuro, entre otros los que sentaron las bases del desarrollo de la posterior expansión europea, y el desarrollo de los agentes sociales que desarrollaron una sociedad estamental de base predominantemente rural pero que presenció el nacimiento de una incipiente vida urbana y una burguesía que con el tiempo desarrollarán el capitalismo.[6]
También surgieron en la Edad Media formas políticas nuevas, que van desde el califato islámico a los poderes universales de la cristiandad latina (Pontificado e Imperio) o el Imperio Bizantino y los reinos eslavos integrados en la cristiandad oriental (aculturación y evangelización de Cirilo y Metodio); y en menor escala, todo tipo de ciudades estado, desde las pequeñas ciudades episcopales alemanas hasta repúblicas que mantuvieron imperios marítimos como Venecia; dejando en la mitad de la escala a la que tuvo mayor proyección futura: las monarquías feudales, que transformadas en monarquías autoritarias prefiguran el estado moderno.

Santa Sofía de Constantinopla (532-537). Los cuatro minaretes son una adición correspondiente a su transformación en mezquita, a raíz de la conquista turca (1453). El Imperio Bizantino fue la única institución política (aparte del papado) que mantuvo su existencia por la totalidad del periodo medieval.

La ciudad medieval de Carcasona. Ciudades amuralladas, puentes bien guarnecidos y castillos son parte de la imagen bélica de la Edad Media.

Ermita del Cristo de la Luz en Toledo, anteriormente mezquita. La convivencia entre civilizaciones alternó entre el enfrentamiento y la tolerancia, el aislamiento y la influencia mutua.
De hecho, todos los conceptos asociados a lo que se ha venido en llamar modernidad aparecen en la Edad Media, en sus aspectos intelectuales con la misma crisis de la escolástica.[7] Ninguno de ellos sería entendible sin el propio feudalismo, se entienda este como modo de producción (basado en las relaciones sociales de producción en torno a la tierra del feudo) o como sistema político (basado en las relaciones personales de poder en torno a la institución del vasallaje), según las distintas interpretaciones historiográficas.[8]
El choque de civilizaciones entre Cristiandad e Islam, manifestado en la ruptura de la unidad del Mediterráneo (hito fundamental de la época, según Henri Pirenne, en su clásico Mahoma y Carlomagno[9] ), la Reconquista española y las Cruzadas; tuvo también su parte de fértil intercambio cultural (escuela de Traductores de Toledo, Escuela Médica Salernitana) que amplió los horizontes intelectuales de Europa, hasta entonces limitada a los restos de la cultura clásica salvados por el monacato altomedieval y adaptados al cristianismo.
La Edad Media realizó una curiosa combinación entre la diversidad y la unidad. La diversidad fue el nacimiento de las incipientes naciones... La unidad, o una determinada unidad, procedía de la religión cristiana, que se impuso en todas partes... esta religión reconocía la distinción entre clérigos y laicos, de manera que se puede decir que... señaló el nacimiento de una sociedad laica.
... Todo esto significa que la Edad Media fue el período en que apareció y se construyó Europa.[10]
Esa misma Europa Occidental produjo una impresionante sucesión de estilos artísticos (prerrománico, románico y gótico), que en las zonas fronterizas se mestizaron también con el arte islámico (mudéjar, arte andalusí, arte árabe-normando) o con el arte bizantino. La ciencia medieval no respondía a una metodología moderna, pero tampoco lo había hecho la de los autores clásicos, que se ocuparon de la naturaleza desde su propia perspectiva; y en ambas edades sin conexión con el mundo de las técnicas, que estaba relegado al trabajo manual de artesanos y campesinos, responsables de un lento pero constante progreso en las herramientas y procesos productivos. La diferenciación entre oficios viles y mecánicos y profesiones liberales vinculadas al estudio intelectual convivió con una teórica puesta en valor espiritual del trabajo en el entorno de los monasterios benedictinos, cuestión que no pasó de ser un ejercicio piadoso, sobrepasado por la mucho más trascendente valoración de la pobreza, determinada por la estructura económica y social y que se expresó en el pensamiento económico medieval.

cristianismo


El cristianismo es una religión monoteísta de origen judío que se basa en el reconocimiento de Jesús de Nazaret como su fundador y figura central. Sus seguidores creen que Jesús es el hijo de Dios y el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, muriendo por los pecados del género humano, resucitando luego de ello.
Dentro de sus escritos sagrados, comparte con el judaísmo el Tanaj, llamado Antiguo Testamento por los cristianos. Por este motivo es considerada una religión abrahámica junto al Judaísmo y al Islam.
Sus inicios datan del año 33[1] aproximadamente, cuando era considerada una secta judía al igual que otras creencias de la época.[2] Desde que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano en el siglo IV, ha influído de manera significativa en la cultura occidental y en muchas otras culturas a través del mundo. En la actualidad posee más de 2.100 millones de adherentes,[3] o cerca de un tercio de la población mundial, siendo la religión con más seguidores del mundo.

La palabra "cristianismo" proviene del griego χριστιανους, christianóus, ‘cristiano’, la cual a su vez proviene del nombre propio Χριστός, Christós, traducción del hebreo "Mesías" que significa "Ungido". El origen del término se indica en el libro de Hechos de los Apóstoles:

«Después de esto, Bernabé fue a Tarso a buscar a Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Allí estuvieron con la iglesia un año entero, enseñando a mucha gente. Fue en Antioquía donde por primera vez se les dio a los discípulos el nombre de cristianos»
Hechos 11:25-26.[4

pueblos barbaros


Todos los pueblos de la Antigüedad miraron con desdén a sus vecinos. Los clásicos dieron el nombre de «bárbaros» a todos los extranjeros de las regiones fronterizas con el Imperio Romano, y con los que lucharon, si bien se limita la consideración a los que, ocupando en Europa las regiones al Norte del Imperio, invadieron éste, apoderándose de su parte occidental. Estos pueblos formaban tres grupos:
el de cultura turco-mongola: como los ávaros y hunos.
el de cultura eslava: como los vendas, en lo que hoy es Polonia; los sármatas, entre el Danubio y el Theis, y los alanos, a orillas del mar Negro.
el de cultura germánica: como los godos, francos, vándalos, burgundios y otros.
Durante la decadencia del Imperio Romano, fueron muchos los pueblos bárbaros (extranjeros) que, aprovechando las disidencias internas, se aproximaron a sus fronteras y se establecieron en ellas, presionando en forma permanente para entrar.Los bárbaros lograron penetrar lentamente entre los siglos I y IV, y establecerse en el interior, hasta que, finalmente, empujados por otros pueblos, lo hicieron en forma violenta.
Los germanos eran indoeuropeos, como los griegos y latinos. En ellos las aficiones guerreras se muestran en grado sumo, al par que el trabajo se considera como menos digno. Había hombres privilegiados, nobles y plebeyos, existiendo también la esclavitud. La patria potestad tenía un concepto bastante análogo, en lo absoluto, al de los romanos. Aunque lo general era la monogamia, la poligamia aparece admitida entre los nobles.

Principales pueblos bárbaros

La migración de los Croatas en Panonia en 620
Entre los pueblos germanos invasores encontramos a los godos, divididos en visigodos, en occidente y los ostrogodos, en oriente. Los francos, los suevos, los burgundios, los anglos, los sajones y los jutos, los vándalos, los frisones, los alanos (eslavos) y los alamanes, constituían el resto de los pueblos.
Los vándalos arrasaron las Galias, pasaron por Hispania, se dirigieron al norte de África, conquistaron Cartago, y desde su puerto se dedicaron a la piratería, asolando el Mediterráneo.
Los ostrogodos detentaron el poder, con la asunción de Teodorico, que mató a Odoacro. Los visigodos debieron retirarse de Italia, dirigiéndose al oeste, estableciendo su gobierno en el sur de la región y en casi toda Hispania.
Los francos se ubicaron en el norte de las Galias, adoptando la fe católica tradicional, convirtiéndose en los defensores radicales de catolicismo.
Los sajones, aliados con los anglos y los jutos se instalaron en Britania, con costumbres muy diferentes a las romanas.
Salvo estos casos aislados, la mayoría eran respetuosos de la cultura romana, y fusionaron las costumbres romanas con las propias. La aristocracia germana comenzó a utilizar como su idioma el latín, que luego modificado, dio lugar a las lenguas romances.

los germanos


Los pueblos germanos o germánicos fueron una etnia de origen indoeuropeo que pertenecía al grupo de las tribus que ocupaban la región ubicada al norte del Imperio Romano, conocida como Germania. Las tribus germánicas más conocidas son los godos, los francos, los burgundios, los vándalos y los suevos. A pesar de constituir tribus separadas, los germanos poseían características muy similares.


Origen de la denominación
Como los romanos los consideraban formidables guerreros, es probable que su denominación provenga del término germánico heer-mann[cita requerida], hombre de guerra, que también dio origen a los actuales nombres propios Hernán y Germán[cita requerida]. Puede también provenir de Hermann[cita requerida], el caudillo germano que masacró las legiones de Varo en la batalla del bosque de Teutoburgo. Esta derrota caló hondo en el orgullo de los romanos, ya que debieron replegarse a la ribera izquierda del Rin, frontera que perduró hasta la desintegración del Imperio Romano.

Historia
Según los hallazgos arqueológicos, se establecieron hacia el año 500 a. C. sobre las costas del Mar Negro y el Mar Báltico. Los antiguos griegos no supieron de su existencia y los romanos recién los conocieron cuando los germanos comenzaron a avanzar hacia el interior de Europa alrededor del comienzo de la Era cristiana. Este avance pudo haber sido causado por catástrofes naturales o por su gran aumento demográfico. Se estima que en esa época sumaban entre uno y cuatro millones, contra menos de un millón de romanos y sus vasallos. Para contener sus avances, los romanos crearon una frontera fortificada, el limes («límite» o «frontera», en castellano), a lo largo del Rin y el Danubio.

los hunos


Los hunos fueron una confederación de tribus Euroasiáticas, muchas de ellas de los más diversos orígenes unidos por una aristocracia que hablaba una lengua túrquica. Este grupo humano apareció en Europa en el siglo IV, y su máximo exponente fue Atila el Huno. Los hunos fueron llamados bárbaros por los romanos, a los que invadieron entre los siglos IV y V.
Tabla de contenidos

Sociedad
Excelentes jinetes arqueros, veloces y decididos, de táctica impredecible, extendieron el miedo por el Imperio. Pactaron con Roma en contra de los germanos de Europa Central y, hacia el 432, tenían un caudillo principal, Rua o Rugila, a cuya muerte (434) le sucedieron sus sobrinos Bleda y Atila. Eran nómadas y vivían en chozas temporales, aunque conocían la propiedad de la tierra y solían serpentear por zonas concretas que estuvieran en su poder. Por su condición nómada, la vaca y la cacería tenían un papel más importante en su economía que la agricultura. Las carencias en su dieta eran saciadas por medio del comercio y de forma mucho más seguida, el pillaje en territorio extranjero. Las armas que empleaban en la guerra eran la espada recta, la lanza; el lazo, que era una especie de cuerda con la que lazaban a sus enemigos y les tronaban el cuello, y el arco compuesto, que solían utilizar desde el caballo. A esto contribuía el uso del estribo, que tomaron de los chinos y que introdujeron más tarde en Persia y Europa.

Cultura
Por su origen se cree que la lengua de los hunos debió ser del tronco uralo-altaico, el grupo al que pertenecen lenguas como el turco o el mongol. La hipótesis de que su lengua fuera en realidad de la familia irania, basada en las inscripciones de monedas halladas en tumbas hunas procedentes del actual Afganistán y algunas ex repúblicas soviéticas ha sido rechazada hoy en día pues se ha demostrado que tales monedas sólo repetían el mismo patrón que las persas de zonas limítrofes. Por otra parte, algunas fuentes chinas los relacionan con pueblos siberianos como los samoyedo, pero esto tampoco casa con los datos aportados por la arqueología.
En cuanto a la religión no se sabe casi nada de ella, aparentemente tenían un tipo de "adoración al caballo (ya que estos animales eran una figura casi "sagrada" para ellos en su cultura). Las fuentes romanas suelen referirse a ellos como individuos subhumanos carentes de cualquier clase de dios y moral, sin creencia en otra vida aparte de la terrenal , aunque se sabe que tenían algo parecido a chamanes o brujos en su tribu (que creían en al existencia de abominaciones subterráneas infernales), especializados en la adivinación a partir del examen de restos y huesos de animales. Originalmente cremaban a sus muertos, aunque más adelante comenzaron a inhumarlos. Practicaban tanto la poliandria como la poliginia.
El historiador romano Amiano Marcelino nos dejó un texto donde podemos observar la visión deformada que los romanos tenían sobre los hunos:
Son seres, imberbes, musculosos, salvajes, extraordinariamente resistentes al frío, al hambre y la sed, desfigurados por los ritos de deformación craneana y de circuncisión que practicaban, e ignorantes del fuego, de la cocina y de la vivienda.

imperio bizantino


Imperio Bizantino es el término historiográfico que se utiliza desde el siglo XVIII para hacer referencia al Imperio Romano de Oriente en la Edad Media. La capital de este imperio cristiano se encontraba en Constantinopla (actual Estambul), de cuyo nombre antiguo, Bizancio, tomó el término la erudición ilustrada. Aunque era denominado "Imperio de los Griegos" por sus contemporáneos de Europa occidental (debido al predominio en él de la lengua, la cultura y la población griegas), sus habitantes se consideraron a sí mismos romanos, refiriéndose a su patria como "Imperio Romano" (Βασιλεία Ρωμαίων) o "Romania "(Ρωμανία) y sus gobernantes se consideraron emperadores de los romanos, sucesores directos de Augusto y Constantino. En el mundo islámico fue conocido como روم‎ (Rûm, "tierra de los Romanos") y sus habitantes como rumis, calificativo que por extensión acabó aplicándose a los cristianos en general, y en especial a aquellos que se mantuvieron fieles a su religión en los territorios conquistados por la espada del Islam.
En tanto que continuación de la parte oriental del Imperio Romano, su transformación en una entidad cultural diferente de Occidente puede verse como un proceso que se inició cuando el emperador Constantino trasladó la capital a la antigua Bizancio (que entonces rebautizó como Nueva Roma, y más tarde se denominaría Constantinopla); continuó con la escisión definitiva del Imperio en dos partes tras la muerte de Teodosio I, en 395, y la posterior desaparición, en 476, del Imperio Romano de Occidente; y alcanzó su culminación durante el siglo VII, bajo el emperador Heraclio, con cuyas reformas (sobre todo, la reorganización del ejército y la adopción del griego como lengua oficial), el Imperio adquirió un carácter marcadamente diferente.
A lo largo de su dilatada historia, el Imperio Bizantino sufrió numerosos reveses y pérdidas de territorio, pese a lo cual continuó siendo una importante potencia militar y económica en Europa, Oriente Próximo y el Mediterráneo oriental durante la mayor parte de la Edad Media. Tras una última recuperación de su pasado poder durante la época de la dinastía Comnena, en el siglo XII, el imperio comenzó una prolongada decadencia que culminó con la toma de Constantinopla y la conquista del resto de los territorios bajo dominio bizantino por los turcos, en el siglo XV.
Durante su milenio de existencia, el Imperio fue un bastión del cristianismo, y contribuyó a defender Europa Occidental de la expansión del Islam. Fue uno de principales centros comerciales del mundo, estableciendo una moneda de oro estable que circuló por toda el área mediterránea. Influyó de modo determinante en las leyes, los sistemas políticos y los costumbres de gran parte de Europa y de Oriente Medio, y gracias a él se conservaron y transmitieron muchas de las obras literarias y científicas del mundo clásico y de otras culturas.

el islam


El Islam (árabe: الإسلام; al-Islām ▶ (ayuda·info·en ventana)) es una religión monoteísta abrahámica cuyo dogma se basa en el libro del Corán, el cual establece como premisa fundamental para sus creyentes que "No hay más dios que Dios[1] y que Mahoma es el mensajero de Dios"[2] (Alá, en árabe Al-lāh, significa el que es, razón por la que se usa la palabra "Alá" para referirse a la deidad única islámica). Los eruditos islámicos definen al Islam como: "La sumisión a Dios el Altísimo a través del Monoteísmo, la obediencia y el abandono de la idolatría".[3] El libro sagrado del Islam es el Corán,[4] dictado por Alá a Mahoma a través de Yibril (el arcángel Gabriel). Los seguidores del Islam se denominan musulmanes (en árabe مسلم). Atestiguan que Mahoma es el último de los profetas enviados por Dios y sello de la Profecía.[5]
Se aceptan como profetas principalmente (pero no limitándose) a Adán, Noé, Abraham, Moisés, Salomón y Jesús. Los musulmanes siguen asi mismo los hadices y la sunna del profeta Mahoma, que conforman el Registro histórico de las acciones y las enseñanzas del Profeta. Se aceptan también como libros sagrados la Torá, los Libros de Salomón y el Evangelio.
El Islam es una religión abrahámica monoteísta que adora exclusivamente a Alá sin copartícipes. Se estima que hay en la actualidad entre mil y mil ochocientos millones de musulmanes en el mundo (y en crecimiento). Según el Vaticano el Islam es la religión más grande del mundo ya que recientemente ha superado el número de católicos,[6] y la segunda religión del mundo si no se desglosa el número de seguidores del Cristianismo.
El Islam se inició con la predicación de Mahoma en el año 622 en La Meca (en la actual Arabia Saudita). Bajo el liderazgo de Mahoma y sus sucesores, el Islam se extendió rápidamente. Existe discrepancia entre los musulmanes y no musulmanes si se extendió por imposición religiosa o militar, o por conversión de los pueblos al Islam.

el reino de los francos


Chilperico, rey de los francos, un buen día decide repudiar a su esposa para casarse con una princesa visigoda, la que era muy querida por él porque había aportado grandes riquezas al matrimonio. Pero muy pronto estos sentimientos habrían de cambiar.
Chilperico se enamora de Fredegunda, una bella mujer de origen humilde que supo enredarlo con hábiles manejos. Así fue como una mañana la reina fue hallada estrangulada en su lecho; el rey lloró amargamente su muerte y a los pocos días se casó con Fredegunda.
Los parientes de la reina asesinada se propusieron vengar su muerte, en especial Brunequilda, esposa de Sigiberto, hermano de Chilperico. Brunequilda instigó a su esposo a destronar a Chilperico, pero antes de conseguir tal propósito Sigiberto fue asesinado por Fredegunda. Chilperico, viendo el mal ánimo de su cuñada hacia él, decidió ponerla bajo custodia, pero ella logró escapar.
Tiempo después Chilperico tomó conocimiento de que su hijo Meroveo estaba locamente enamorado de Brunequilda y que tenía intenciones de casarse con ella. El rey trató de disuadir a su hijo, pero éste no lo escuchó, por lo que Chilperico lo puso bajo vigilancia.
El apasionado joven usó su ingenio para burlar a sus guardianes y huyó con su amada Brunequilda. Sin embargo, en el camino cayó en una emboscada tendida por la guardia de su padre y fue ejecutado. Brunequilda pudo ponerse a salvo.
Años después Chilperico muere asesinado. Se encontraron entonces frente a frente Fredegunda y Brunequilda, que se entregaron a una lucha sin tregua por alcanzar el poder absoluto del reino.
Fredegunda recurrió a toda clase de artimañas con el fin de dar muerte a Brunequilda, a su hijo y a sus parientes, pero fue vencida y su vida terminó de manera trágica.
Brunequilda quedó entonces con el poder absoluto, pero los nobles se sublevaron y emprendieron una guerra contra la solitaria reina; fue capturada y entregada a Clotario, hijo de su mortal enemiga Fredegunda. El cruel Clotario se vengó de ella con ferocidad: durante tres días la sometió a todo tipo de torturas y finalmente fue atada a la cola de un caballo y arrastrada por la comarca hasta morir. Clotario quedó así como único y absoluto rey de los francos.